Lirieke: Silvio Rodríguez. Dominguez. Paladar.
:
Llego al club de los cincuenta
y una mano trae la cuenta.
Llama la atencion la suma
desde hoy hasta mi cuna.
Cada fuego, cada empeno,
cada dia, cada sueno,
viene con importe al lado,
a pesar de lo pagado.
Me pregunto que negocio es este
en que hasta el deseo es un consumo.
?Que me hare cuando facture el sol?
Pero vuelvo siempre el rostro al este
y me ordeno un nuevo desayuno
a pesar del costo del amor.
Vengan deudas, inflaciones,
vales, multas, recesiones.
Pruebe a arrancarme el ratero
el sabor de mi bolero.
Sea quien sea el gerente,
me lo cobre diligente
(ya sabra esa mano cruenta
cuando le pase mi cuenta).
Me pregunto que negocio es este
en que hasta el deseo es un consumo.
?Que me hare cuando facture el sol?
Pero vuelvo siempre el rostro al este
y me ordeno un nuevo desayuno
a pesar del costo del amor.
Llego al club de los cincuenta
y una mano trae la cuenta.
Llama la atencion la suma
desde hoy hasta mi cuna.
Cada fuego, cada empeno,
cada dia, cada sueno,
viene con importe al lado,
a pesar de lo pagado.
Me pregunto que negocio es este
en que hasta el deseo es un consumo.
?Que me hare cuando facture el sol?
Pero vuelvo siempre el rostro al este
y me ordeno un nuevo desayuno
a pesar del costo del amor.
Vengan deudas, inflaciones,
vales, multas, recesiones.
Pruebe a arrancarme el ratero
el sabor de mi bolero.
Sea quien sea el gerente,
me lo cobre diligente
(ya sabra esa mano cruenta
cuando le pase mi cuenta).
Me pregunto que negocio es este
en que hasta el deseo es un consumo.
?Que me hare cuando facture el sol?
Pero vuelvo siempre el rostro al este
y me ordeno un nuevo desayuno
a pesar del costo del amor.
Silvio Rodríguez
Dominguez
Silvio Rodríguez