Lirieke: Serrat. De Cuando Estuve Loco.
De cuando estuve loco aun conservo
el carne de majara en la cartera,
un plano detallado del infierno,
un cielo con piranas y goteras,
un prontuario en la comisaria,
un frasco con pastillas de colores,
la carta con la que te despedias,
remedios varios contra el mal de amores.
Ahora voy rumbo al sur a sentar plaza
desdenando otros puntos cardinales
y el Sol encarcelado en la terraza.
Voy rumbo al sur buscando
tus besos espirales.
Atras dejo kilometros de afueras,
aire por respirar, luces en rojo.
Hacia donde senalan tus pezones
voy a toda pastilla
dando gas a la moto.
De cuando estuve loco aun conservo
un par de gramos de delirio en rama,
por si atacan con su razon los cuerdos
y un viento fuerza seis de tramontana;
el vicio de escribir por las paredes
pareados de amor, y la mania
de buscarte entre todas las mujeres
que en horas bajas me hacen compania.
Cuando rozo tus petalos, nenufar
que sobrevive en aguas estancadas
saltan chispas, los cables se me cruzan,
se me sube el mercurio
y me salta la alarma.
Mono de ti que me obliga a llevarte
en sobres rojos, liofilizada,
para tomarte cuando me apeteces
a sorbos cortos
donde duele la madrugada.
Te escribo desde un area de servicio
donde solo me ofrecen gasolina.
Puedes llamarme a cobro revertido
desde la caracola de la esquina.
el carne de majara en la cartera,
un plano detallado del infierno,
un cielo con piranas y goteras,
un prontuario en la comisaria,
un frasco con pastillas de colores,
la carta con la que te despedias,
remedios varios contra el mal de amores.
Ahora voy rumbo al sur a sentar plaza
desdenando otros puntos cardinales
y el Sol encarcelado en la terraza.
Voy rumbo al sur buscando
tus besos espirales.
Atras dejo kilometros de afueras,
aire por respirar, luces en rojo.
Hacia donde senalan tus pezones
voy a toda pastilla
dando gas a la moto.
De cuando estuve loco aun conservo
un par de gramos de delirio en rama,
por si atacan con su razon los cuerdos
y un viento fuerza seis de tramontana;
el vicio de escribir por las paredes
pareados de amor, y la mania
de buscarte entre todas las mujeres
que en horas bajas me hacen compania.
Cuando rozo tus petalos, nenufar
que sobrevive en aguas estancadas
saltan chispas, los cables se me cruzan,
se me sube el mercurio
y me salta la alarma.
Mono de ti que me obliga a llevarte
en sobres rojos, liofilizada,
para tomarte cuando me apeteces
a sorbos cortos
donde duele la madrugada.
Te escribo desde un area de servicio
donde solo me ofrecen gasolina.
Puedes llamarme a cobro revertido
desde la caracola de la esquina.
Serrat
Gewilde versoeke
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