Lirieke: Revolver. 21 Gramos. Clarisa.
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Una noche a la hora en que la vida,
ya baja violenta.
Arrastrano maderos podridos y restos de fe.
Le cogio con el alma dormida y la puerta entreabierta.
Permitiendo que el rio creciera
y se hinchara con el.
Y entre un mar de sonrisas prohibidas
y de lagrimas muertas
escogio ser amigo de paso del gran capitan
que no ordena, ni grita, ni escucha implacabe y sediento
el virrey del silencio furtivo y de la oscuridad.
A mi no me saldran alas como a Clarisa.
A mi que tengo pavor a la soledad.
A mi que nunca fui bueno en las despedidas.
A mi se me quiebra el alma cuando se va.
Bocanadas a partes iguales de furia y ternura
de verdades envueltas en lazo con papel celofan
de egoismo insaciable servido en bandeja de plata
y de mentiras color caramelo que saben a sal.
Y a mi no me saldran alas como a Clarisa.
A mi que tengo pavor a la soledad.
A mi que nunca fui bueno en las despedidas.
A mi se me quiebra el alma cuando se va.
A mi se me quiebra el alma cuando se va.
Se dejaba arrullar por las voces mas cautivadoras.
La locura es tan cuerda aunque nadie lo quiera pensar.
Y saber que la parte correcta la muestra el espejo.
Y querer comprobar que demonios se esconde detras.
Y a mi no me saldran alas como a Clarisa.
A mi que tengo pavor a la soledad.
A mi que nunca fui bueno en las despedidas.
A mi se me quiebra el alma cuando se va.
A mi se me quiebra el alma cuando se va.
A mi se me quiebra el alma cuando se va.
Una noche a la hora en que la vida,
ya baja violenta.
Arrastrano maderos podridos y restos de fe.
Le cogio con el alma dormida y la puerta entreabierta.
Permitiendo que el rio creciera
y se hinchara con el.
Y entre un mar de sonrisas prohibidas
y de lagrimas muertas
escogio ser amigo de paso del gran capitan
que no ordena, ni grita, ni escucha implacabe y sediento
el virrey del silencio furtivo y de la oscuridad.
A mi no me saldran alas como a Clarisa.
A mi que tengo pavor a la soledad.
A mi que nunca fui bueno en las despedidas.
A mi se me quiebra el alma cuando se va.
Bocanadas a partes iguales de furia y ternura
de verdades envueltas en lazo con papel celofan
de egoismo insaciable servido en bandeja de plata
y de mentiras color caramelo que saben a sal.
Y a mi no me saldran alas como a Clarisa.
A mi que tengo pavor a la soledad.
A mi que nunca fui bueno en las despedidas.
A mi se me quiebra el alma cuando se va.
A mi se me quiebra el alma cuando se va.
Se dejaba arrullar por las voces mas cautivadoras.
La locura es tan cuerda aunque nadie lo quiera pensar.
Y saber que la parte correcta la muestra el espejo.
Y querer comprobar que demonios se esconde detras.
Y a mi no me saldran alas como a Clarisa.
A mi que tengo pavor a la soledad.
A mi que nunca fui bueno en las despedidas.
A mi se me quiebra el alma cuando se va.
A mi se me quiebra el alma cuando se va.
A mi se me quiebra el alma cuando se va.
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